¿QUÉ ES Y PARA QUÉ ES IMPORTANTE?

La motivación es el conjunto de factores, de hechos o circunstancias que determinan lo que hacemos o no, con qué intensidad y durante qué tiempo, es algo así como el “impulso” que nos hace movernos. Dependiendo de cuánta motivación tenga haré más o menos, con más o menos ganas y durante más o menos tiempo. Así que, es importante para muchos aspectos de la vida.

Ahora bien, motivación también significa “motivo”. Tener una motivación es tener un motivo, una razón, un para qué hago algo y esto, a mi parecer, es de lo más importante y nos lleva a la pregunta de ¿para qué estoy haciendo lo que hago? ¿para qué quiero hacerlo realmente?

Como se podrá imaginar, la motivación, lo que nos mueve a nivel interno (esos motivos) es muy personal, esto quiere decir que no es igual para todas las personas. Además, no es algo estable ni lineal, sino que puede cambiar en el tiempo, según las situaciones y los contextos en los que estemos y nos movamos. Esto quiere decir que es algo que tiene su tela que cortar, que ninguna persona puede hacer moverse a otra, al menos de manera permanente y que realmente sea efectiva en el tiempo. La motivación depende de una misma, va de encontrar nuestros motivos que, a cada uno, nos hacen “hacer” las cosas, ir a por algo que queremos, seguir adelante, salir de circunstancias adversas, etc. Los motivos y los motivadores también van a depender mucho de cada persona.

La motivación, al estar relacionado con todos los aspectos de la vida y depender del momento, las circunstancias o las personas, no es algo que se tenga o no se tenga en todo o en nada, sino que dependerá de todo lo anterior. Además, los estados motivacionales también se trabajan, podemos automotivarnos más y mejor conforme desarrollemos nuestra inteligencia emocional, es una habilidad que podemos desarrollar y gestionar

¿DE DÓNDE VIENE LA MOTIVACIÓN? ¿QUÉ NOS HACE MOTIVARNOS?

La motivación, o los motivos que hacen a una persona moverse pueden provenir del exterior o de “dentro” de una misma (interno).

Que la motivación sea externa significa que hacemos algo como medio para conseguir otra cosa que nos interesa y que no tiene nada que ver con lo que estamos haciendo (la recompensa es externa). Un ejemplo de esto es hacer algo para obtener reconocimiento o no hacer algo para evitarnos una reprimenda. Lo que pasa con este tipo de motivación es que, al no hacerlo por un motivo personal significativo, las acciones suelen no ser consistentes, ni duraderas. Si mi motivación para hacer algo es que me valoren o evitar que me rechacen, pongo el resultado final en la otra persona, nunca dependerá realmente de mí ni me dará un bienestar real.

Que la motivación sea interna significa que voy a hacer algo por el propio placer y bienestar personal que me produce el hacerlo. El motivo por el que hago algo es algo más profundo y que tiene que ver con una misma. Este tipo de motivación es más intensa, duradera y consistente porque tiene que ver con los motivos más profundos, con lo que somos, con nuestros deseos, sueños, pasiones, intereses, necesidades, aspiraciones y propósitos de vida. Para despertar la motivación lo fundamental es encontrar lo que tiene sentido para nosotros y eso que verdaderamente nos importa (de ahí la importancia de los valores) y hacer que vivamos acorde a eso con nuestras acciones.

Ambos tipos de motivación pueden tener su función y venirnos bien en determinados momentos. La motivación externa nos puede ser útil para iniciar una acción o como refuerzo en determinados momentos. La motivación interna es la ideal y en la que más hay que indagar y trabajar porque es la que le dará sentido a lo que hacemos.